martes, 7 de febrero de 2017

Paloma y los choques.

¿Destino o suerte?

Hace unos días, una mañana como cualquier otra, que para no variar era caótica; corriendo por la casa con la taza de café en una mano, la mochila en la otra, pan tostado en la boca y mis mascotas en una batalla campal alrededor de mi (quizá era una emboscada). Salí tarde así que iba de muy mal humor, probablemente me ganaría un retardo más.

Tareas incompletas, olvidé un libro en casa, mi primera clase era con un profesor cascarrabias, aun llevaba el cabello mojado y sin peinar... Un tráfico insufrible y yo ahí, frustrada, pensando mil tonterías (imaginaba lo maravilloso que sería tener un monster truck como el de Ace Ventura). Era desesperante ver como el carril no avanzaba ya que un auto estaba descompuesto y al parecer casi nadie sabe ceder el paso a otros vehículos en esta ciudad. Se hizo un pequeño espacio, suficiente para poder salir al cruce de calles pero un conductor parecía tener más prisa que los demás, aceleró para avanzar y una camioneta lo impacto en un costado.

Fue realmente sorpresivo, afortunadamente no hubo lesionados de gravedad; sólo pensaba que pude haber sido yo, pudo haber sido más o menos grave... Me di cuenta que jamás he tenido un accidente de auto, lógicamente una parte de ello se debe a la prudencia pero ¿Qué porcentaje pertenece al azar, a la suerte o el destino?.

Soy una persona un tanto escéptica y considero que nosotros mismos fabricamos nuestra propia suerte y destino sin embargo frente a este tipo de sucesos dudo de las casualidades.

Me he propuesto andar por la vida mucho más relajada, tomarme todo con más calma y resignarme ante el tráfico, principalmente por la seguridad. Vaya que perdemos tiempo y gastamos energía en sentirnos mal, preocupándonos más por los problemas que ocupándonos de ellos.  

Les mando un beso dondequiera que estén. ¡Ah! Y recuerden ceder el paso al peatón y otros autos, en una de esas podría ser yo (jajaja).
Hasta pronto.