sábado, 30 de diciembre de 2017

Los Labios de Sophia.

Durante la adolescencia salí con algunos chicos de los cuales un par fueron mis novios. Relaciones simples y torpes típicas de los jóvenes que apenas están experimentando el auto descubrimiento y la desesperación por ser mayores. Sobra decir que poco fue lo que aprendí de ellos y en general solían aburrirme.

Me sentía atraída por los chicos más grandes y al ser la menor de mis hermanos, así como la única mujer, la testosterona y el ambiente universitario siempre estuvo presente en casa. No era de extrañar que tuviera la oportunidad de asistir a las fiestas de mayores.

Tuve la suerte de desarrollarme desde la pubertad y verme de más edad, permitiéndome encajar y relacionarme con las personas que me gustaban,
sin embargo, no importaba que tan exuberante fuera, sólo tenía 16 años. Cuando algún chico coqueteaba conmigo yo me incomodaba ya que me sentía insegura de mis cualidades femeninas. Y es que la inexperiencia me delataba completamente, una candida chica virginal no era un problema realmente, podría haber implicado una ventaja a los ojos de más de alguno pero si ni siquiera sabía besar definitivamente me verían como una niña más.

No estaba segura de lo que realmente sabía y cuánto, así que decidí acudir a una amiga bisexual de la preparatoria. Ella era un par de años mayor y de espíritu liberal, debo mencionar que es una mujer muy atractiva y hermosa, de estilo gótico pero sutil.

Con la confianza que nos teníamos me dijo que podría enseñarme o mejorar mi "técnica". Confieso que al principio dije sí muy a la ligera y antes de darme cuenta que no era broma los nervios ya me habían invadido. Sentí partes de mi cuerpo completamente rígidas y otras, como mis rodillas, temblaban avergonzándome. Noté que la mujer disfrutaba la escena dibujando una sonrisa sardónica en su cara.
Tuvo la gentileza de acercarse a mi para iniciar el contacto, en ese momento su perfume golpeó mis sentidos y llené mis pulmones con su aroma. El calor que su cuerpo irradiaba era muy agradable. Cerré mis ojos al sentir sus suaves labios en los míos, con mucha gracia movió su cabeza hacia un lado para disfrutar del beso. Mentiría si les dijera que no abrí mis labios para deslizar mi lengua en los suyos.

Eran tan suaves, delicados y abultados que quería morderlos para después lamerlos. Su aliento no ayudaba a dejar de sentir ese arrebato y lo hice. Un sutil pero claro gemido subió por su garganta, me sonrió y puso sus manos en mi rostro; Me besaba con una clara intención: deseo.

Nuestras lenguas se acariciaban de una forma deliciosa, sentía la calidez y humedad de su boca. Jadeaba esperando más pero ella paró, me dijo que la próxima lección sería al día siguiente.

Nos vimos algunos días más esa semana, yo estaba confundida por mis emociones, lo disfrutaba pero no sabía que pensar al respecto, así que decidí que hablaríamos sobre lo que sucedía. En la siguiente lección por alguna razón dejé la charla para el final y fui directo al beso. Ya no era algo tímido sino más bien hambriento, de su sabor, de su aroma y su textura, mi cuerpo suplicaba una caricia. Tenía calor y un cosquilleo en mi vientre. Su beso se transformó en algo salvaje, casi agresivo, pasaba sus manos por mi espalda y hombros, deslizando sus dedos y rozando el contorno de mi blusa. Sin más aviso que eso, posó su mano en mi seno y lo frotó, me estremecí mas no la detuve, lo apretó delicadamente pero yo gemí, nuestras bocas comenzaron algo lascivo, teníamos los labios hinchados y al separarnos un hilo de saliva nos mantenía unidas.

No era capaz de pensar, me sentía tan excitada y asustada que apenas y podía balbucear que parara pero llegó una lengua a mi cuello y una cálida mano bajo mi blusa, sólo pude arquear la espalda y sentir la sangre recorrer mi cuerpo. Me subió la prenda superior y metió su mano en mi sosten, acarició mi seno y tomó el pezón entre sus dedos, se puso duro y ella me sonrió, dijo que si me gustaba tanto, lo siguiente me encantaría.


Recorrió mi pecho con sus labios hasta llegar al rosado y pequeño montículo de carne suave, lo lamió juguetona hasta atraparlo en su boca y lo succionó vigorosamente. Hasta ese día de mi vida nadie me había tocado de esa forma ni de ninguna otra.

Me sentía intoxicada por las sensaciones, siseaba y me mordía para ahogar los gemidos. Cuando cambió al otro, me encontraba mucho más sensible  y aquello comenzó a parecer una placentera tortura hasta que tocó mi entrepierna. Me alarmé, pero no tenía valor para detenerla. Notó mi incomodidad y se sentó sobre mi, dijo que no me presionaría a nada pero si había permitido que aquello llegara hasta ese punto, no debía reaccionar así con una simple caricia.



En una extraña forma de ayudarme a tomar mis propias decisiones, se quitó la playera y el sostén, dijo que yo podía elegir si deseaba tocar sus pechos o parar.

El morbo se apoderó de mi y los toqué. Suaves, frondosos y cálidos, un impulso me llevó a besarlos, se recostó a mi lado y ella no tenía reparo en manifestar que lo disfrutaba. Descubrí que el sonido más delicioso que existe es el gemido de placer de una mujer, me excitaba lo sugestivo de su voz, quería absurdamente, comer sus labios y su aliento, tal vez así me llenaría del lujurioso sonido.

Tuve un escalofrío cuando deslizó su mano por mi vientre y la metió en mis pantalones, acarició mi pubis y me puse rígida. No es que no disfrutara la experiencia, muchas veces tuve fantasías lésbicas pero estaba sucediendo y me confundía aceptar o negar una parte de mi... Así estaba yo, divagando en mis temerosos pensamientos sobre lo que hacía cuando sentí unos dedos paseando entre los labios de mi vulva revelando que estaba completamente mojada.

Sacó sus dedos y los lamió, me sonrojé como nunca lo había hecho, me pidió que le permitiera terminar al menos eso, era evidente que mi cuerpo lo deseaba.
Me sentía ridícula y avergonzada pero era nuevo para mi, no sabía como reaccionar aunque no hacía falta saberlo.
Con una mano explorando mi vagina, sus dedos entrando y saliendo para luego frotar mi clítoris mientras su boca lamía y chupaba mis pezones, ocasionalmente les daba pequeñas mordidas que me volvían loca, su otra mano alternaba con pellizcos en ellos.

Jadeaba para poder respirar y aún así, parecía que mi pecho fuera a colapsar, no podía evitarlo más, necesitaba sacar mis gemidos casi como un grito de liberación de quien fue un reprimido esclavo. La sangre se acumulaba en mi entrepierna, un calor irracional se apoderó de mi, un hormigueo recorría mi cuerpo y desembocaba en mis genitales. Mis músculos se contraían cada vez con más fuerza hasta tener espasmos con una explosión de placer. Una ola cálida nació en la humedad de mi sexo y abrazo mi cuerpo entero, mi consciencia fue sedada...

Aquel fue un día que reveló una realidad en mi que aún está a la espera de salir y manifestarse con plenitud pero como una tonta y romántica que atesora las memorias, deseo que sea de la mano de alguien especial para mi, que me seduzca física y mentalmente, que me haga desearla y consumirnos en el acto. Una mujer peculiar, única en su especie...


lunes, 27 de noviembre de 2017

Paloma Navideña.

Paloma Navideña

Este ha sido un año de aventuras y sorpresas que trajeron grandes cambios a mi vida, girando 180 grados en diversas situaciones.

He cerrado ciclos y también los he abierto, cumplí metas y me forjé nuevas. Vi partir seres a los que amaba así como contemplé la llegada de otros. Sin duda la constante durante este periodo caótico, fue la improvisación, que me mantuvo expectante de mi propia vida al colocarme en situaciones de cambios radicales de la noche a la mañana.

Salir de mi zona de confort me ha marcado para bien y mal, por ello en esta ocasión me concentraré en el lado positivo.
Y es que aun en nuestra cotidianeidad hay mucho de azar como para perderse en la rutina monótona.

Para esta temporada decidí hacer cosas poco o nada usuales en mi. Travesuras, juegos y dinámicas en las que, como siempre, ustedes formaran parte. A lo largo de las semanas de la época navideña, iré compartiendo las sorpresas que les preparé y retomé.

De vez en cuando podemos darnos el placer de tomar decisiones claramente arbitrarias en pro de la sana y mutua diversión.



viernes, 3 de noviembre de 2017

Paloma sin censura. 



Al iniciar el proyecto de whatsapp llegaron a pedir informes y descubrí ciertos detalles que llamaron mi atención. Algunos caballeros me hicieron notar su preocupación con respecto a su privacidad (números telefónicos y cuentas de Twitter), les incomodaba el hecho de encontrarse con algún número o cuenta conocida que expusiera su identidad o alguna persona hiciese uso inapropiado con su información. Por otro lado, no podían mantener almacenado el contenido subido al grupo, ni mucho menos interactuar y recibir mensajes constantemente durante el día ya que debían mantenerse discretos por razones personales y profesionales.

Me hicieron preguntas sobre una alternativa para poder disfrutar del material y beneficios que ofrecía pertenecer al grupo, sin que éste afectara su rutina diaria y fuese más discreto. Deseaban una forma de tener acceso a los archivos sin la necesidad de guardarlos y mantenerlos en sus dispositivos (Evidencias que pudiesen afectarlos).

Me sentí identificada ante estos temores, pues comprendo perfectamente la necesidad de completa discreción, así que, pensé en buscar una forma en la que no estuvieran presentes esos inconvenientes.
  
Decidí crear un espacio en el cual pudiera ofrecer una convivencia más íntima y estuviera más controlado, un lugar que no compromete su información y además mantendrá el contenido disponible para ustedes sin la necesidad de guardarlo, pues podrán acceder a el de forma permanente (según su membresía). Dicho sitio estará dividido en diferentes secciones según su interés, esto les da la facilidad de interactuar directamente conmigo o mantenerse de incognito y sólo disfrutar mi trabajo y aportes, como todo espacio mantendré algunas reglas para una sana convivencia y respeto mutuo.

Estaré compartiendo material respecto a mi trabajo, fotografías, proyectos, disfraces, mi incursión en el diseño y uso de cosplay, por consiguiente, algunos trabajos serán eróticos, de lencería y explícitos. Podrán conocer s de mi persona ya que subiré contenido casual de los avances de mis proyectos en los cuales juntos veremos el resultado final de los mismos.

La creación de este foro en ningún momento es una competencia a otros espacios, es una difusión a mi trabajo y ofrecerles la comodidad de disfrutar de el sin complicaciones, (EXCLUSIVAMENTE ESTE ES UN SITIO DE PALOMA PARA SUS SEGUIDORES). No habrá publicidad o recomendaciones de escorts, ya que para eso existen espacios especializados y con gran prestigio.

Toda la información será proporcionada vía whatsapp. 

Paloma: 3310094393.

Espero que juntos disfrutemos esta nueva etapa.







Besos mis aves del paraiso.




lunes, 10 de julio de 2017

Mi experiencia swinger.


Mi primera experiencia swinger



Hace un par de años salía con un hombre ligeramente mayor que yo, lo cual tenía sus encantos al ser mucho más experimentado en distintos ámbitos. En aquel momento tenía poco más de 18 años y un libido de adolescente (aunque a decir verdad sigue estando igual).





Podría decirse que poco después de mi primera vez, me di cuenta que sería una mujer promiscua, disfrutaba en verdad del sexo sin un compromiso emocional. Cuando tenía una relación con mi ahora ex novio, gustaba mucho de su mente abierta y su madurez, era un hombre pervertido que siempre le daba un toque erótico a todo. Solíamos conversar de sus aventuras sexuales ya que yo tenía mucha curiosidad, quería vivir situaciones fuera de lo que era común para mí. Me excitaba mucho especialmente cuando me contaba sobre tríos y orgías. Quería eso, deseaba sentirlo pero de la mano de gente que pudiera guiarme, ser seducida sin poner resistencia y aprender de ellos.

Mi deseo se convertía en frustración pues, mi novio me propuso insinuarme a algún amigo que me gustara y quizá así fuera más cómodo para mí pero ninguno tuvo el valor de hacer frente a mis intenciones, el hombre los intimidaba, así que él me propuso unirnos al ambiente swinger. Al inicio tuve miedo, me sentía nerviosa, sin embargo, la curiosidad fue más grande, pronto conocimos a personas interesadas en compartir intimidad.






En aquel entonces la fantasía que dominaba mi mente era estar entre hombres, y mi pareja moría por verme con otro sujeto...

Para mí era importante crear un vínculo que me hiciera sentir calmada y cercana así que fuimos a cenar. Entre risas y charla pasamos un rato conociéndonos. Ese día bebí demasiado, en parte por los nervios, sentía la ligereza que provoca el alcohol, supongo que por eso nos fuimos pronto al hotel.

Ya instalados en la habitación, ambos me miraban lujuriosos, parecía una joven presa entre dos criaturas cazandome y había algo muy excitante en ello. Me sentía como una jovencita virginal que no tenía ni la menor idea de como actuar, tan sólo a la expectativa de lo que sucedería.

El hombre preguntó cómo deseábamos iniciar, a lo que yo reí nerviosa y respondí que no sabía, mi novio pidió que comenzara nuestro acompañante y sonrío con una perversidad que nunca antes le vi.

Nuestro primer amante se acercó a mí, me levanto de donde me encontraba sentada, me tomó por la cintura y comenzó a besarme, sus labios se deslizaron por mi cuello y mi piel se erizó. Miré a mi pareja, me sentía extraña de saber que me miraba mientras otro otro hombre me tomaba pero el sonreía, parecía disfrutar la escena; de repente sentí un mordisco en el hombro y unas manos apretando mis glúteos, mi corazón se aceleró y en mi pecho sentí calor. Mordí mi labio para ahogar un suave gemido, mas no sirvió, al escuchar mi reacción me arrancó la blusa para cubrir mi piel en besos y lengüetadas mientras sus manos ansiosas acariciaban mis senos.






Estaba agitada, no podía ni respirar sin jadear, la cabeza me daba vueltas y al ver como se bajaba por mi vientre para sacarme los pantalones sólo podía pensar en su reacción al descubrir mis bragas mojadas. Me miró con picardía bajando lentamente las pantaletas y hundió su cara entre mis muslos.
La humedad de su boca y la destreza de su lengua probando la intimidad de mi sexo, me hacían enloquecer.

Mi novio subió a la cama y me besó apasionadamente, desabrochó mi sujetador y posó su boca en mis senos, jugaba con mis pezones y yo me retorcía de placer, estaba a punto del éxtasis. Ellos se desnudaron, acaricié sus cuerpos y los besé, la lujuria dominaba mis deseos al ver su miembros erectos frente a mi, palpitando por excitación. Debía probarlos, saborearlos, debía lamerlos, debían ser míos, tenía que ser suya, ya no soportaba las ganas de hacer el amor con mi pareja y nuestro amante.

Estaba en calidad de aprendiz, ellos eran mis guías, esa primera vez fui sumisa y complaciente, hacía todo lo que me pedían, en cualquier posición.

Se turnaban para disfrutar de la vista y los juegos. Cuando ambos me penetraron, lo hicieron con fuerza y embestían como si aquello fuera una competencia. En ese instante una sensación de calor recorrió todo mi ser, parecía como si mi cordura me abandonara y mi consciencia se apagará. Mi cuerpo se abandonó al gozo y me atrevo a decir que aquel orgasmo fue catártico. Aunque no fui la única, poco después nuestro nuevo amigo se unió al deleite del clímax. Mi novio detuvo su ritmo para terminar en mi mano, él quería contemplar la escena y mi experiencia.






Hasta ese momento, fueron pocas las ocasiones que terminé de esa manera, tan violenta y majestuosa, sí, así la definiría, majestuosa. Fue un acto de completa complicidad y confianza con mi pareja, no sólo como un encuentro sexual sino también a nivel emocional y mental. Aquello fue el inicio de nuevas y apasionantes aventuras a su lado, sin embargo, duraría poco.


Así sucedió mi primera experiencia swinger, bastante resumida y en un intento de claridad. Nunca había escrito algo así, espero fuera de su agrado.
Faltan muchas situaciones que pasé en ese ambiente pero después se las contaré.






Besos capullos.

viernes, 9 de junio de 2017

Dualidad. Capitulo 3.


Los trazos perpetuos de una Paloma. Capítulo 3.




Crecí con una familia que dedica tiempo a la caridad y a pesar de eso, nunca le di verdadera importancia hasta hace 7 años. Nunca acudí con mis familiares a las colectas porque la gente solía decir que eran una farsa. Incluso, algunos de ellos se comportaban con tal arrogancia como si aquello fuera un desplante digno de un "rico" y su benevolencia, arrojando las sobras a los pobres por simple lástima que ellos llamaron "humildad".


Fue en la preparatoria que acudí a una donación, pues no se trataba de un evento para recolectar fondos, ni una cena ni campaña o algo similar. Era una compañera y amiga, integrante del consejo de alumnos, recolectaba juguetes y ropa para un orfanato. Muy animosa me invitó a participar y accedí porque sentí que era algo real, alejado de la frivolidad
.







Pensaba que era tan fácil llegar y solicitar donaciones para niños pero no, claro que no. Pronto me di cuenta lo duro que sería. Hubo quienes hicieron comentarios ofensivos, pusieron en duda nuestras intenciones y su veracidad. Nos llamaron "jóvenes desquehacerados". A pesar de contar con el apoyo de profesores y trabajadores sociales del plantel, la apatía de los estudiantes me entristecía. Dado que la recolección de donativos duró alrededor de 2 semanas, ellos nos miraban con fastidio, peor aun cuando algún maestro intercedía por nosotros y los incitaba a ser mejores personas.





Pese a los inconvenientes que tuvimos, finalmente se había llegado el día, fuimos a entregar los juguetes. Jamás vi tanta felicidad junta, los niños tenían enormes sonrisas en sus rostros, el brillo en sus miradas fue una de las cosas más hermosas que he observado. Estaban eufóricos, daban saltos de aquí para allá, sus gritos de sorpresa, compartiendo los juguetes, aquello era alegría pura, como era el 30 de abril, día del niño, compramos pasteles que fueron devorados casi a la velocidad de la luz.



Mis amigos y yo pasamos parte de la tarde jugando con los pequeños, hacían de todo con tal de retener nuestra atención, constantemente decían gracias mientras nos abrazaban. Era una escena muy tierna y aun así sentía un nudo en la garganta.

Cuando llego la hora de irnos, nos despedimos de los niños y fue ahí cuando sentí como se rompía mi corazón, podría jurar que lo escuché. Las caritas que hacía poco, no podía dibujarse más que felicidad, se tornaron en pena, en añoro a esa dulce infancia que les fue arrebatada con vil crueldad, sus bellos ojos que parecían soles, se habían apagado, en su lugar quedo soledad y dolor. Algunos de ellos se pusieron a llorar, la mayoría sólo se fueron, como si estuvieran fríamente acostumbrados. Una chica con la que veníamos, entre lágrimas les dijo que volverían a jugar otro día, pero un niño respondió que no era verdad, que nunca regresaban...

¿Han experimentado la frase "un frío que cala en los huesos?... Eso sentí en el pecho. Aquello era tan deprimente e injusto... La verdad es que me quede sin palabras y helada. Me di cuenta de lo egoísta que era, pensando todo el tiempo en mi y quejándome de cosas tan ridículas, ¿Porqué?.
Solía decir de forma sería y muy convencida, que la vida era muy injusta conmigo, cuando realmente he tenido una suerte muy generosa en todos los aspectos. Desde aquella vez decidí participar mucho más en actividades de caridad y solidaridad a los más necesitados.

Ser dama de compañía me ha permitido realizar aportes significativos a diversas causas puesto que, como Paloma, ahorro la mayoría de mis ingresos para mis proyectos a futuro, y designo una parte para ayudar a otros, prefiero vivir de una forma, digamos austera. Antes que lujos absurdos y despilfarro, prefiero reunirme con grupos que llevan ropa, cobijas y comida a los albergues, a gente en situación de calle, a las pobres personas que pasan las madrugadas afuera de los hospitales angustiados.

Se suele ver a las mujeres que trabajan en el ambiente de escorts, como seres interesados, codiciosos, inmorales, sin amor propio y más. Es un estigma con el que no estoy de acuerdo. No puedo decir que no sea la motivación de alguna pero no de todas. Conozco a muchas mujeres dentro del rubro que son personas excelentes, dedicadas a sus metas y con un sentido del respeto que, más de uno deberíamos aprender. Y por supuesto, me conozco a mi.

Aquellos que han charlado conmigo saben, al menos un poco, de mi calidad humana. No es un secreto que a diario promuevo los buenos modales, la tolerancia, el respeto mutuo y las buenas acciones con el fin de mejorar el día a día de todos. Busco ser un personaje útil en la sociedad, teniendo casi 10 mil seguidores en Twitter, creo que a alguien le quedará grabado mi mensaje y con un poco de suerte, le inspire ánimos de ayudar, de ser mejor persona, de mejorar su ambiente para sí mismos y aquellos que los rodean.

Está comenzando una estación del año difícil, el verano y sus lluvias. Les pido, con todo mi corazón, que reflexionen un poco lo que acaban de leer.

Como siempre, gracias por leerme y de esta manera, conocernos un poco más.




Atte. Paloma, siempre suya.

Posdata: Estas fotografías son parte de mis recuerdos.